Amish, el tiempo suspendido

Los amish son una comunidad religiosa con una fuerte identidad étnica y cultural que los diferencia notablemente de cualquier otro grupo religioso. Descienden de inmigrantes germanos (en su mayoría suizos de habla alemana) que en el siglo XVIII se establecieron en el nuevo mundo, huyendo de la persecución religiosa y política. Las comunidades más numerosas se encuentran en Ohio, Indiana y Pensilvania. En la actualidad, 250 mil amish viven en Estados Unidos y Canadá.

El Idioma

Los amish de Pensilvania, hablan una variante dialectal del alemán llamada Deitsch, aunque otros grupos hablan Swiss (un dialecto suizo), o Dutch (holandés). Por supuesto, también hablan inglés pero no lo usan en sus hogares. Curiosamente, los amish todavía llaman a los norteamericanos “ingleses” como en los tiempos de la inmigración.  

La Ordnung (la Ordenanza o Reglamento)

El característico estilo de vida amish está regulado por un estricto cuerpo de normas y  tradiciones llamado la Ordnung, aunque las disposiciones de este reglamento pueden diferir de un grupo a otro, incluso dentro de una misma comunidad. Los amish están organizados en Distritos de iglesias, cada uno de los cuales cuenta con una autoridad local que es la que regula y determina las reglas de la Ordenanza. La iglesia amish carece de una estructura jerárquica y centralizada, por esta razón las comunidades amish presentan características diferentes dependiendo del distrito al que pertenezcan.

El repudio a la tecnología moderna

La Ordnung asegura la continuidad de su tradicional modo de vida y contempla aspectos como por ejemplo, la prohibición de usar electricidad, teléfonos o automóviles, por considerar que son -más que una comodidad- una distracción mundana e innecesaria. Como es bien conocido, solo utilizan como medio de transporte el típico carro tirado por caballos, llamado buggy.

No obstante, hay grupos que aún cuando prescinden de la electricidad por cable (y el consecuente uso de electrodomésticos, reproductores de audio o computadoras), aceptan el uso de baterías de bajo voltaje, así como generadores para las enfriadoras y ordeñadoras, en tanto cumplen una función práctica que no excede lo que consideran como estrictamente necesario para sus labores.

Cabina telefónica dispuesta por un vecino de la zona, para casos de emergencia

Los amish también rechazan cualquier clase de objeto considerado lujoso, por ser contrario a la humildad y sencillez que profesan. Entretenimientos como los videojuegos, la música y la televisión son igualmente repudiados pues los consideran meros elementos de distracción. Tampoco admiten ser filmados o fotografiados, a pesar de la inmensa curiosidad que provocan especialmente entre los turistas. Los amish argumentan que fotografiarse (además de ser una transgresión del Segundo Mandamiento) promueve el individualismo y la vanidad, ajenos a los valores que profesan.

Poster del film Expecting Amish

Los amish y el Estado

En general, y aún cuando pagan impuestos, son renuentes a cualquier asistencia de orden estatal ya sea relativa a la salud o la alimentación. En contrapartida, cuentan con el permanente apoyo económico y social de su iglesia y de su comunidad. No obstante, si lo necesitan pueden recurrir al odontólogo y a los servicios médicos de urgencia de los hospitales. En cuanto a la educación, y cumpliendo las leyes del país, los niños y niñas amish van a la escuela primaria pero se les prohíbe continuar con estudios superiores.

Adolescencia y Rumspringa

Cuando los jóvenes amish cumplen 16 años, la  mayoría de padres les permiten salir de la comunidad para conocer el mundo exterior. Esto se conoce como la Rumspringa. Durante un cierto período (normalmente un año) experimentarán de primera mano el modo de vida de “los ingleses”, conocerán todo lo que hasta ahora ignoraban de la vida fuera de la comunidad, pero también estarán expuestos y vulnerables a experiencias para las cuales no han sido preparados, a causa del desconocimiento en que viven con respecto al mundo moderno. Al cabo de un tiempo, y si así lo desean, regresan definitivamente a la comunidad para ser bautizados y continuar con su ancestral modo de vida.

Pero algunos no regresan. Dependiendo de la comunidad, los que abandonan la fraternidad amish podrán o no mantener un contacto con sus parientes y amigos. En las comunidades más estrictas, esta separación genera un profundo conflicto entre los miembros autoexiliados y sus familias. Los estudios manejan cifras dispares, pero una media indicaría que entre el 10 y el 30 % de los jóvenes no regresa de la Rumspringa, abandonando así sus tradiciones para integrarse a la modernidad en pos de nuevos sueños y ambiciones.

Las leyes amish

Los amish practican una filosofía que aboga por una vida sencilla y laboriosa, valoran la humildad, la colaboración mutua y repudian toda forma de violencia, así como el servicio militar.

Dirimen sus asuntos cotidianos, diferencias y transgresiones en asambleas de la iglesia, sin recurrir al sistema legal del país. La sanción más grave que se puede aplicar es la expulsión de la comunidad, en caso de que rechacen las normas de la Ordenanza. La separación y el silencio es otra medida disciplinaria que pretende avergonzar al infractor y durará hasta lograr una muestra pública de arrepentimiento.

Habría que agregar que –estadísticamente- estas comunidades presentan un índice delictivo prácticamente nulo. También corresponde mencionar que algunos disidentes del grupo amish, denuncian haber padecido abuso y violencia doméstica, mientras sus victimarios permanecen en la impunidad del silencio y el hermetismo de las normas amish, respecto a la administración judicial del Estado.

Ancestros europeos de los amish

 La Ordenanza regula también asuntos cotidianos que incluyen desde el peinado hasta su peculiar código de vestimenta. Por ejemplo, en algunas comunidades se prohíbe el uso de botones por estar asociados a la milicia, del mismo modo que el uso del bigote. Esta postura se atribuye a la persecución que sufrieron en Europa, entre los siglos XVI y XVIII, por parte de los oficiales de la nobleza alemana. El libro Martyrs Mirror narra la persecución que sufrieron los grupos anabaptistas europeos, en los albores de la Reforma Protestante.

Esos padecimientos fortalecieron a los anabaptistas europeos en la creencia de que el reino de Dios no podía coexistir con un  mundo donde los hombres eran guiados por la codicia, la intolerancia y la violencia genocida. En el siglo XVII los anabaptistas se dividieron en dos grupos: los amish y los menonitas quienes –con algunas variantes- profesan las mismas creencias. Un siglo después emigraron a América, buscando un lugar donde vivir libre y apaciblemente, de acuerdo a sus principios.

La típica vestimenta

En cuanto a su apariencia, los hombres solteros se afeitan pero se dejan crecer la barba (excepto el bigote) después del matrimonio; visten de negro o azul y llevan un sombrero de paja o fieltro negro. Las mujeres jamás se cortan el cabello, lo llevan arrollado en un moño y cubierto con una cofia, comúnmente negra si son solteras y blanca para las casadas. Tampoco usan joyas o maquillaje.

Las mujeres amish confeccionan la vestimenta de toda la familia, la cual es muy sencilla y sobria. Confeccionan también unos elaborados edredones que les han dado fama, así como son famosos los magníficos muebles de los carpinteros amish.

La austeridad de los hogares amish

Otro aspecto característico es la simplicidad funcional de sus casas. Ningún objeto meramente decorativo está permitido, por lo que no destacan  mayormente en las artesanías. Todo en sus hogares cumple una función práctica que, sin embargo, resulta en una particular belleza estética.

Para la iluminación usan velas, así como diversos tipos de faroles y candiles de aceite citronela, un aceite especial para lámparas con un intenso aroma de limón, que además de servir como combustible ahuyenta a los insectos. Pero en algunas comunidades más “progresistas”, utilizan baterías, lámparas y cocinas de supergas.

 

Silla y armario de fabricación amish

 

Autonomía laboral

En general el trabajo masculino se reparte entre la agricultura, la carpintería, las actividades de la granja y la construcción. Con esto proveen de manera autónoma para sus necesidades y obtienen sus propios productos: forrajes, carne, leche, quesos, mantequilla, verduras, etc. Sin embargo, algunos grupos no dudan en acudir a tiendas y almacenes para obtener aquellas mercancías que están fuera de su producción. Muchas mujeres amish llevan sus propios negocios orientados a la venta de productos caseros como conservas, dulces, pastelería, y otros rubros típicos.

Los amish practican la solidaridad con sus vecinos y son muy eficientes a la hora de completar un proyecto. En la imagen, un grupo de amish construye un granero para uno de los miembros de la comunidad. Esta tarea la realizan en un solo día.

Matrimonio y endogamia

Los amish solo pueden contraer nupcias con otros amish y tienen en promedio 7 hijos por familia, con lo cual están a la cabeza de la natalidad mundial. Cuando la distancia geográfica entre las comunidades es considerable, los matrimonios se benefician de una mayor diversidad genética, pero siendo que todos descienden de la misma rama de fundadores originales, presentan un alto grado de consanguineidad.

En consecuencia, ciertas enfermedades hereditarias y los casos de discapacidad física o mental son un grave problema que enfrenta este grupo. No obstante, sus convicciones les impiden recurrir a los estudios genéticos de las parejas, con el fin de prevenir estos trastornos que aceptan como la voluntad de Dios.

La doctrina amish

Históricamente, sus ancestros pertenecían al cristianismo protestante europeo, que abogó por la separación de la Iglesia y el Estado, la no violencia y la doctrina anabaptista, en tanto consideran que el bautismo es un acto de fe consciente que solo una persona adulta puede decidir.

Los amish se congregan semanalmente para celebrar el culto religioso. Pero no siempre disponen de un edificio consagrado como iglesia. En algunas comunidades, cada domingo se reúnen en un patio o granero, donde acomodan bancas para todos los fieles. Los obispos y ancianos son los encargados de dirigir el culto y de realizar la interpretación de las Escrituras bíblicas.

Iglesia y buggy en Lancaster, Pensilvania

La Biblia amish está escrita en alemán antiguo, con lo cual su lectura resulta confusa e intrincada para quienes no dominan los arcaísmos de esta lengua. La Biblia en inglés no está permitida, aunque existen comunidades en donde secretamente se adquieren para facilitar su lectura a los niños y jóvenes. El hecho de no poder leer y estudiar cabalmente las Escrituras ha propiciado un movimiento de separación de algunos integrantes, los cuales son consecuentemente excomulgados de la congregación.

La oración en familia, la bendición de los alimentos, el canto de himnos religiosos (ejecutados sin acompañamiento musical) forman parte esencial de la vida amish. Pero aún cuando el fundamento de la doctrina se basa en la Biblia y especialmente en el Nuevo Testamento, la religiosidad está acompañada por una serie de creencias y normas provenientes de sus antiguas tradiciones que se han integrado al cuerpo de las enseñanzas bíblicas.

Los amish en el cine

Para finalizar, estas son algunas producciones que tienen como protagonistas a los amish:

• Único testigo o “Witness” (Clásico policial con Harrison Ford /1985)
• Cosecha de fuego (Policial /1996)
• The outsider (El forastero, 2002 con Tim Daly)
• Amish Grace (Drama basado en hechos reales /2006)
• Salvando a Sara Cain (2007)
• La vida secreta de los amish (Documental BBC)
• Problemas en el paraíso amish (Amish disidentes BBC /2008)
• Mi vida con los amish (Reality by Nat Geo Adventure / 2008)
• Mafia amish (Polémica serie de Discovery / 2012)
• Mundo amish (Jóvenes amish en Nueva York TLC /2013)
• Expecting Amish (Drama /2014)
• La saga The Heritage of Lancaster County series :
• The Shunning (2011)
• The Confession (2013)
• The Reckoning (2015)
• Return to Amish (Serie de TLC /2015)

Más allá de su peculiar y hasta pintoresco modo de vida, los amish suscitan toda clase de reacciones que van desde la admiración, pasando por la burla hasta el completo repudio. Lo cierto es que los amish aunque ajenos al mundo, siempre han concitado su atención.

 

 

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